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Enfermedad de Parkinson: Una Revisión

Enfermedad de Parkinson: Una Revisión

¿Qué es la enfermedad de Parkinson?

La enfermedad de Parkinson (PD por sus siglas en inglés) es una enfermedad neurológica crónica progresiva que afecta las células nerviosas (neuronas) en una zona del cerebro cercana al cuello, conocida como la sustancia negra. Éstas células normalmente producen dopamina, un químico (neurotransmisor) que transmite señales entre zonas en el cerebro. Estas señales, cuando trabajan normalmente, coordinan los movimientos musculares suaves y equilibrados. La enfermedad de Parkinson, sin embargo, causa que las neuronas de la sustancia negra mueran, produciéndose un déficit de dopamina en el cerebro, especialmente en la parte del cerebro conocida como los ganglios basales. Los ganglios basales son responsables de organizar las ordenes de movimiento de otras partes del cerebro. La pérdida de dopamina causa los síntomas de la enfermedad de Parkinson.

¿Quiénes sufren la enfermedad de Parkinson?

Se ha demostrado que la incidencia de la enfermedad de Parkinson es más alta entre hombres que entre mujeres, especialmente después de la edad de 60 años. El promedio de la edad de comienzo de los síntomas es de 61 años. Sin embargo, el10 por ciento de los pacientes se diagnostican antes de los 40 años. Hay cada vez más evidencia de que la enfermedad de Parkinson puede ser hereditaria.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Parkinson?

El diagnosticar la enfermedad de Parkinson es algunas veces difícil, dado que las manifestaciones tempranas pueden ser difíciles de evaluar y pueden parecerse a otros trastornos. Por ejemplo, el temblor puede no ser aparente cuando la persona está sentada en reposo, o los cambios posturales pueden ser interpretados como osteoporosis o como un simple signo de envejecimiento.

Actualmente no existen pruebas de sangre o de laboratorio lo suficientemente sofisticadas y disponibles para diagnosticar la enfermedad. Algunas pruebas de imágenes, como el TAC (tomografía axial computarizada) o la RMN (resonancia magnética nuclear), pueden utilizarse para descartar otras enfermedades que causan síntomas similares. Se tomará un historial neurológico detallado. Este incluirá preguntas acerca de los síntomas del paciente, sus medicamentos, y la posible exposición a toxinas. Dadas las circunstancias, el médico puede necesitar observar al paciente con tiempo para reconocer signos de temblor y rigidez, e intentará juntarlos con otros síntomas característicos.

Debido a que el diagnóstico está basado en el examen por médico del paciente, es importante que el médico tenga experiencia en evaluar y diagnosticar paciente con la enfermedad de Parkinson. Si existe alguna duda acerca de si el paciente tiene o no enfermedad de Parkinson, el paciente debe buscar a un especialista, preferiblemente a un neurólogo entrenado en trastornos del movimiento. Las decisiones sobre el tratamiento que se realizan de manera temprana en la enfermedad pueden tener implicaciones profundas en el éxito a largo plazo del tratamiento.

Síntomas de la enfermedad de Parkinson:

Los síntomas comunes de la enfermedad de Parkinson incluyen al temblor, o sacudidas que empiezan en un lado del cuerpo. En algunos casos, el temblor está confinado a sólo una parte del cuerpo, como la mano o el pie. Sin embargo, éste puede extenderse en cuanto la enfermedad progresa y puede empeorar con el estrés. El temblor raramente incapacita a los pacientes y frecuentemente desaparece durante el sueño y cuando se está moviendo el brazo o la pierna.

La bradiquinesia, otro síntoma común, es una lentitud generalizada del movimiento. Las actividades comunes, como el bañarse o vestirse, pueden tomar al paciente varias horas para completarlas.

La mayoría de pacientes con enfermedad de Parkinson desarrolla algún grado de rigidez de las extremidades. Esta rigidez es causada por la tensión no controlada de los músculos y resulta en la incapacidad del paciente para moverse libremente. Además, los pacientes pueden experimentar dolor en los músculos afectados.

Los problemas en el equilibrio y la coordinación son síntomas adicionales de enfermedad de Parkinson avanzada. Los pacientes típicamente desarrollan una inclinación hacia delante y hacia atrás que los hace más propensos a caer cuando se tropiezan. Además, se suele desarrollar una postura en la cual la cabeza está inclinada hacia abajo y los hombros están caídos hacia delante (posición inclinada).

Otros síntomas menos comunes incluyen:

  • Disminución de las expresiones faciales
  • Cambios en el habla
  • Cambios en la escritura
  • Problemas para orinar
  • Estreñimiento
  • Problemas en la piel, como caspa
  • Problemas para dormir
  • Dolor, apatía, fatiga, obesidad en la edad media, deterioro en la discriminación de los colores, y/o síndrome de las piernas inquietas.

Es importante notar que los síntomas de la enfermedad de Parkinson pueden ser altamente variables entre pacientes, haciendo algunas veces que el diagnóstico sea difícil. De hecho, cerca del 25 por ciento de los casos se diagnostican erróneamente.

¿Qué opciones de tratamiento están disponibles?

Opciones médicas

Hay una variedad de medicamentos disponibles para el tratamiento de los síntomas de la enfermedad de Parkinson. El medicamento más potente para el tratamiento de los síntomas del Parkinson es la levodopa, un compuesto químico que se encuentra de manera natural en las plantas y animales. Las células nerviosas pueden usar la levodopa para generar dopamina, lo cual repone la poca cantidad en el cerebro. La levodopa se utiliza frecuentemente en combinación con la carbidopa (Sinemet®) para prevenir o disminuir algunos de los efectos adversos de la medicación. Sin embargo, existe preocupación acerca de los efectos secundarios a largo plazo de la levodopa, especialmente respecto al desarrollo de movimientos involuntarios (disquinesias) los cuales pueden ser incapacitantes. Los nuevos medicamentos, como los agonistas de dopamina, tienen considerablemente menor probabilidad de producir disquinesias. Consecuentemente, la mayoría de los expertos se manifiestan en contra del uso de levodopa tempranamente en el curso de la enfermedad, y a favor de usar agonistas de dopamina en su lugar. Si el paciente no obtiene suficiente alivio con los agonistas de dopamina, particularmente con la nueva generación de agonistas de dopamina, se puede añadir la levodopa/carbidopa (Sinemet®) .

Los agonistas de dopamina, como los de la nueva generación ropinirole (Requip®) y pramipexole (Mirapex®) así como el agente antiguo bromocriptine (Parlodel®), son medicamentos agonistas usados para tratar la enfermedad de Parkinson. Estos medicamentos imitan el rol de la dopamina en el cerebro y trabajan estimulando ciertas partes del cerebro y del sistema nervioso. Estos también pueden usarse en combinación con la levodopa, pero generalmente son menos efectivos en el control de la rigidez y la bradiquinesia. La mayoría de los expertos usarán estos medicamentos primero y añadirán la levodopa sólo si los síntomas no son controlados lo suficientemente.

Otra clase de medicamentos usados para tratar los síntomas de la enfermedad de Parkinson son los llamados inhibidores de la COMT porque bloquean una enzima que degrada la levodopa y la dopamina. Ejemplos de estos son el tolcapone (Tasmar®) y el entacapone (Comtan®). Por sí solos, estos medicamentos no son de ayuda, pero actúan bien en combinación con la levodopa. El tolcapone y entacapone ralentizan la capacidad del cuerpo de eliminar levodopa, de tal manera que ésta dura más y es más consistente. Dado que aumentan la efectividad de la levodopa, el tolcapone y el entacapone pueden también aumentar sus efectos adversos, como los movimientos involuntarios. El tolcapone ha sido asociado con el fallo hepático y por lo tanto se usa raramente. Cuando se utiliza el tolcapone, se requiere un control de sangre regular para ver si hay daño hepático. Otros medicamentos incluyen la amantadine (Symmetrel®), el selegiline (deprenyl), y el rasagiline (Azilect®). Estos medicamentos pueden usarse en la enfermedad de Parkinson temprana por sí solas, o pueden ser combinadas con levodopa más tarde en el curso de la enfermedad.

Opciones quirúrgicas

Existen ahora varias opciones quirúrgicas efectivas y seguras disponibles para el tratamiento de la enfermedad del Parkinson. De manera general, la cirugía solamente se considera cuando la medicación no puede proveer un control adecuado.

La estimulación cerebral profunda consiste en colocar un electrodo permanentemente en uno de tres lugares profundamente en el cerebro. El electrodo se conecta luego a un tipo de marcapasos implantado bajo la piel en el tórax. Una vez activado, el dispositivo envía pulsos eléctricos continuos a los objetivos, bloqueando los impulsos que causan los temblores. La estimulación cerebral profunda tiene varias ventajas significativas. Primero, no requiere una destrucción intencionada de ninguna parte del cerebro y por lo tanto, tiene pocas complicaciones. La estimulación cerebral profunda es ajustable y puede cambiarse a medida que cambie la enfermedad del paciente o su respuesta a los medicamentos. Si la estimulación cerebral profunda está causando excesivos efectos adversos, el estimulador puede apagarse y los efectos revierten, lo que no sucede con las cirugías destructivas antiguas.

Las cirugías antiguas requerían la destrucción intencionada de partes del cerebro y tenían un mayor riesgo de complicaciones. Estas se realizan raramente hoy en día. En la palidotomía, se destruye permanentemente usando técnicas quirúrgicas una pequeña sección del cerebro, que está sobreactiva debido a la enfermedad de Parkinson. Este tratamiento puede eliminar la rigidez y reducir significativamente el temblor, la bradiquinesia, y los problemas de equilibrio. La talamotomía es un procedimiento similar donde una sección del tálamo, la parte del cerebro que controla el envío de mensajes, se destruye usando técnicas quirúrgicas. Este tratamiento se usa solamente para controlar los temblores y generalmente no se recomienda porque hay objetivos mejores.

Participación de los Ensayos Clínicos

Existen ahora varias nuevas opciones terapéuticas en prueba para la enfermedad de Parkinson. Estas incluyen:

  • Medicamentos que ralentizan la progresión de la enfermedad o alivian los síntomas del Parkinson
  • Procedimientos quirúrgicos que buscan otros objetivos cerebrales o prueban nuevos dispositivos
  • Intervenciones no-farmacológicas como el ejercicio, y las terapias física, de comportamiento y cognitiva

La mayoría de estos "ensayos clínicos" permiten a los pacientes con Parkinson continuar con su medicación usual mientras participan en el estudio. Durante las visitas clínicas, los pacientes y sus cuidadores deben de preguntar a su proveedor de salud si alguno de estos ensayos clínicos está disponible como una opción. La participación puede mejorar su propio cuidado mientras que contribuye con el avance del tratamiento de la enfermedad de Parkinson.

¿Cuál es el pronóstico?

Pese a que las investigaciones se están llevando a cabo, a la fecha no hay una cura conocida o medidas de prevención para la enfermedad del Parkinson. Es importante reconocer que los esfuerzos del paciente y del médico deben estar enfocados en el manejo de la enfermedad. Mediante la identificación de los síntomas individuales y la determinación de un curso apropiado de acción, la mayoría de las personas con enfermedad de Parkinson pueden vivir una vida agradable y gratificante. Las buenas noticias son que los médicos tienen un perfil mucho más claro de la enfermedad, y están más cerca que nunca de encontrar la causa – lo cual puede ayudar a encontrar la cura.

Referencias

Esta información proviene de la Cleveland Clinic y no es su intención reemplazar el consejo de su médico o proveedor de servicios de salud. Por favor consulte a su proveedor de salud par información acerca de una condición médica específica. ©The Cleveland Clinic 1995-2024

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  Last review date: 10/06/2014       Translated: 10/06/2015


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