Cleveland Clinic Logo
Trastornos Gastrointestinales

Trastornos Gastrointestinales

Problemas de funcionamiento

Los problemas de funcionamiento son aquellos en los que los intestinos tienen una apariencia normal pero no funcionan correctamente. Son los problemas más comunes que afectan sobre todo al colon y al recto, e incluyen el estreñimiento y el síndrome de colon irritable (IBS por sus siglas en inglés). Las causas principales para los problemas de funcionamiento incluyen:

  • Comer una dieta baja en fibra
  • No hacer el suficiente ejercicio
  • Viajar u otros cambios en la rutina
  • Comer grandes cantidades de productos lácteos
  • Estar estresado
  • Reprimir la necesidad de ir a defecar
  • Reprimir la necesidad de ir a defecar debido a los dolores causados por la hemorroides
  • Uso abusivo de laxativos (reblandecedor de las heces) que, con el paso del tiempo, debilitan los músculos intestinales
  • Tomar medicamentos para el ácido que contengan calcio o aluminio
  • Tomar ciertos medicamentos (especialmente antidepresivos, pastillas para el hierro, y medicamentos fuertes para el dolor como por ejemplo narcóticos)
  • Estar embarazada

Estreñimiento

El estreñimiento es cuando las heces (defecación) pasan con dificultad o infrecuentemente (menos de tres veces por semana) o las heces pasan de manera incompleta. El estreñimiento suele ser causado por una falta de fibra en la dieta, o una disrupción de la rutina normal o de la dieta. El estreñimiento causa a la persona a hacer esfuerzos durante la defecación. Puede incluir heces pequeñas y duras, y a veces causa problemas con el ano como fisuras o hemorroides. El estreñimiento no suele ser ninguna señal de una enfermedad médica más seria.

El tratamiento para el estreñimiento consta de aumentar la cantidad de fibra que comes, hacer ejercicio regularmente, y mover los intestinos cuando tengas una necesidad (reprimir la necesidad de defecar causa estreñimiento). Si estos métodos de tratamiento no funcionan, los laxativos son una solución temporal. Nota que el abuso de los laxativos puede de hecho agravar los síntomas del estreñimiento. Siempre sigue las instrucciones en el paquete de la medicina laxativa así como los consejos de tu médico.

Síndrome de colon irritable (IBS por sus siglas en inglés)

El síndrome de colon irritable (también llamado colon espástico, colon irritable, intestino irritable, o estómago nervioso) es una enfermedad en la que el músculo del colon se contrae con más facilidad que en el resto de la gente que no sufra de IBS. Hay un número de factores que pueden causar IBS incluyendo ciertos tipos de alimentos, medicamentos, y estrés emocional. Los síntomas de IBS incluyen dolores abdominales y retortijones, exceso de gases, hinchazón, y un cambio en los hábitos intestinales como por ejemplo heces más duras, más blandas o con más urgencia de lo normal. A menudo la gente que sufre de IBS tienen alternativamente estreñimiento y diarrea.

El tratamiento incluye el evitar la cafeína, aumentar la fibra en tu dieta, estar al tanto de qué alimentos causan IBS (y evitar estos alimentos), reducir el estrés o aprender diferentes maneras de sobrellevarlo, y a veces tomar medicamentos que te recete tu médico o proveedor de salud.

Problemas estructurales

Los problemas estructurales son aquellos en los que los intestinos tienen una apariencia anormal y además no funcionan como deben. A veces, la anormalidad estructural tiene que extirparse quirúrgicamente. Los problemas estructurales más comunes son aquellos que afectan al ano, así como la enfermedad de los divertículos y el cáncer.

Problemas del ano o anales

Las hemorroides

Las hemorroides son vasos sanguíneos hinchados que bordean la apertura del ano y están causadas por exceso de presión durante el esfuerzo que se hace al defecar, por una diarrea persistente, o por los embarazos. Hay dos tipos de hemorroides: internas y externas.

Hemorroides internas

Las hemorroides internas son estructuras normales que acolchonan la parte inferior del recto y lo protegen del daño que puedan causar las heces. Cuando caen a la parte del ano debido al esfuerzo, se irritan y empiezan a sangrar. En última instancia, las hemorroides internas pueden caer lo suficiente como para desprenderse (prolapso – hundirse o sobresalir) fuera del ano.

El tratamiento incluye el mejorar los hábitos intestinales (como evitar el estreñimiento, no hacer esfuerzos durante la defecación, y defecar cuando tienes la necesidad), usar gomas elásticas para empujar las hemorroides internas de nuevo al recto, o extirparlas quirúrgicamente. Las operaciones quirúrgicas solo las necesitan un pequeño número de pacientes que tienen unas hemorroides muy grandes, dolorosas y persistentes.

Hemorroides externas

Las hemorroides externas son venas que están justo debajo de la piel en la parte exterior del ano. A veces, después de hacer esfuerzos, las venas hemorroidales externas se rompen y se forma un coagulo de sangre debajo de la piel. Esta enfermedad tan grave se llama hemorroides o almorranas.

El tratamiento incluye extirpar el coagulo y la vena bajo anestesia local en la oficina del médico.

Las fisuras anales

Las fisuras anales son rajas o grietas en el recubrimiento de la apertura anal. La causa más común de las fisuras anales es el paso de heces muy duras o muy licuosas. La grieta en el recubrimiento anal hace que los músculos que están debajo que controlan el paso de las hees a través del ano y a fuera del cuerpo se vean expuestos. Una fisura anal es uno de los problemas más dolorosos porque los músculos que están expuestos se irritan debido a la exposición a las heces y al aire, lo que lleva a un dolor ardiente intenso, hemorragia, o espasmos después de defecar.

El tratamiento inicial para las fisuras anales incluye medicamentos para el dolor, fibra en la dieta para reducir las posibilidades de tener heces voluminosas, grandes, y baños de asiento (sentarse en unas cuantas pulgadas de agua templada). Si estos tratamientos no alivian el dolor, puede que necesites una operación quirúrgica para disminuir los espasmos en el músculo del esfínter.

El absceso perianal

El absceso perianal puede ocurrir cuando las minúsculas glándulas que se abren en el interior del ano se bloquean, y la bacteria que siempre está presente en estas glándulas causa una infección. Cuando se forma la pus, se forma también un absceso. El tratamiento incluye el drenaje del absceso, normalmente bajo anestesia local y en la oficina del médico.

Fístula anal

Una fístula anal suele formarse después del drenaje de un absceso y es un pasillo anormal con forma de tubo del canal anal al agujero en la piel cerca de la apertura del ano. Los desperdicios del cuerpo que van desde el canal del ano se desvían a través de este minúsculo canal y hacia fuera a través de la piel, causando picores e irritación. Las fístulas también causan drenajes, dolores y hemorragias. Raramente se curan ellas solas y normalmente necesitan cirugía para drenar el absceso y "cerrar" la fístula.

Otras infecciones perianales

A veces las glándulas de la piel cerca del ano se infectan y necesitan que las drenen. Justo detrás del ano, se pueden formar abscesos que contienen un pequeño mechón de pelo en la parte posterior de la pelvis (llamado quiste pilonidal).

Las enfermedades que se transmiten sexualmente que pueden afectar al ano incluyen verrugas anales, herpes, SIDA, clamidia, y gonorrea.

La enfermedad diverticular

La diverticulosis es la presencia de pequeñas bolsas (divertículos) en la pared muscular del intestino grueso que se forman en las zonas debilitadas del intestino. Suelen ocurrir en el colon sigmoides, el área de alta presión de la parte inferior del intestino grueso.

La enfermedad diverticular es muy común y ocurre en un 10 por ciento de la gente por encima de los 40 años de edad y en el 50 por ciento de la gente de más de 60 años de edad en las culturas occidentales. A menudo es causada por tomar demasiada poca fibra en la dieta. La diverticulosis rara vez causa síntomas.

En alrededor del 10 por ciento de la gente con bolsas se registran complicaciones de la enfermedad diverticular. Incluyen infección o inflamación (diverticulitis), hemorragia, y obstrucción. El tratamiento de la diverticulitis incluye antibióticos, aumento de líquidos, y una dieta especial. Se necesita hacer una operación quirúrgica en alrededor de la mitad de los pacientes que tienen complicaciones para extirpar el segmento del colon afectado.

Pólipos del colon y cáncer

Cada año 130,000 americanos se les diagnostica con cáncer colorectal, la segunda forma de cáncer más común en los Estados Unidos. Afortunadamente, con los avances en la detección temprana y en los tratamientos, el cáncer colorectal es una de las formas de cáncer más curables de dicha enfermedad. Mediante el uso de una variedad de pruebas de detección, es posible prevenir, detectar, y tratar la enfermedad mucho antes de que los síntomas aparezcan.

La importancia de las pruebas de detección o control

Casi todos los canceres colorectales comienzan como pólipos, crecimientos benignos (no cancerígenos) en el tejido que forra el colon y el recto. El cáncer se desarrolla cuando estos pólipos crecen y se desarrollan células anormales que comienzan a invadir los tejidos de alrededor. La extirpación de los pólipos puede prevenir el desarrollo del cáncer colorectal. Casi todos los pólipos pre-cancerígenos se pueden extirpar sin dolor alguno usando un tubo flexible con luz llamado colonoscopio. Si no se detecta en las fases tempranas, el cáncer colorectal se puede esparcir a través del cuerpo. Un cáncer más avanzado requiere unas técnicas quirúrgicas más avanzadas.

La mayoría de las formas tempranas de cáncer colorectal no causan síntomas, lo que hace que la detección sea especialmente importante. Cuando empiezan a aparecer los síntomas, el cáncer puede que ya esté bastante avanzado. Los síntomas incluyen sangre en o mezclada con las heces, un cambio en los hábitos normales intestinales, estrechamiento de las heces, dolor abdominal, pérdida de peso, o cansancio constante.

La mayoría de los casos de cáncer colorectal se detectan de una de estas cuatro maneras:

  • Haciendo pruebas de detección/control a la gente con riesgo medio de tener cáncer colorectal empezando a los 50 años de edad
  • Haciendo pruebas de derección/control a la gente con alto riesgo de tener cáncer colorectal (por ejemplo, aquellos con una historia familiar o una historia personal de pólipos de colon o cáncer)
  • Investigando los intestinos en los pacientes que tengan síntomas
  • Encontrándolo por casualidad en una revisión rutinaria

Una detección temprana es la mejor posibilidad de curarse.

Colitis

Hay varios tipos de colitis, enfermedades que causan una inflamación de los intestinos. Estas incluyen:

  • Colitis infecciosa
  • Colitis ulcerosa (causa desconocida)
  • Enfermedad de Crohn (causa desconocida)
  • Colitis isquémica (causada porque no hay suficiente sangre yendo al colon)
  • Colitis de radiación (después de la radioterapia)

La colitis causa diarrea, hemorragia rectal, retortijones abdominales, y urgencia (necesidad frecuente e inmediata de vaciar el intestino). El tratamiento depende del diagnóstico, que se hace mediante colonoscopia y biopsia.

Resúmen

Muchas de las enfermedades del colon y del recto se pueden prevenir o minimizar manteniendo un estilo de vida saludable, praticando buenos hábitos intestinales, y haciéndose controles para detectar el cáncer.

Si tienes un historial médico de cáncer colorectal o pólipos, deberías de hacerte una colonoscopia empezando a los 40 años de edad, o 10 años antes que el miembro más joven de tu familia que haya tenido cáncer. (Por ejemplo, si diagnosticaron a tu hermano con cáncer colorectal o pólipos a la edad de 45 años, deberías de comenzar las pruebas de detección/control a la edad de 35 años).

Si no tienes ninguna historia familiar de cáncer colorectal ni ninguna historia personal de otros cánceres, deberías de hacerte una colonoscopia a la edad de 50 años.

Si tienes síntomas de cáncer colorectal deberás de consultar con tu médico inmediatamente. Los síntomas comunes incluyen:

  • Un cambio en los hábitos normales intestinales
  • Sangre en o mezclada con las heces que sea brillante u oscura
  • Dolores abdominales o de gases inusuales
  • Heces muy estrechas
  • Una sensación de que los intestinos no se han vaciado completamente después de defecar
  • Pérdida de peso sin explicación
  • Fatiga

Esta información proviene de la Cleveland Clinic y no es su intención reemplazar el consejo de su médico o proveedor de servicios de salud. Por favor consulte a su proveedor de salud par información acerca de una condición médica específica. ©The Cleveland Clinic 1995-2024

Index#s7040

  Last review date: 10/25/2016       Translated: 08/29/2014


  The Cleveland Clinic
  Center for Consumer Health Information
  216/444-3771 or 800/223-2273 ext.43771
  [email protected]
  ©The Cleveland Clinic 2024