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Embarazo, parto y control de la vejiga

Embarazo, parto y control de la vejiga

Durante el embarazo o después de haber dado a luz, muchas mujeres tendrán escape de orina, que también se llama incontinencia.

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La vejiga es un órgano muscular redondo que se encuentra encima de los huesos pélvicos. Está sujeta por los músculos pélvicos. Un tubo llamado uretra permite que la orina fluya fuera de la vejiga. El músculo de la vejiga se relaja a medida que la vejiga se lleva de orina, mientras que los músculos del esfínter ayudan a mantener la vejiga cerrada hasta que estés listo para orinar.

Otros sistemas del cuerpo también ayudan a controlar la vejiga. Los nervios de la vejiga mandan señales al cerebro cuando la vejiga está llena; los nervios del cerebro mandan una señal a la vejiga cuando necesita vaciarse. Todos estos nervios y músculos deben de trabajar juntos para que la vejiga funcione de manera normal.

¿Cómo afectan el embarazo y el parto al control de la vejiga?

Durante el embarazo, puede que se te escape un poco de orina entre los viajes que hagas al baño. Esto puede ser debido a la incontinencia por estrés, que ocurre cuando toses, te ríes, o haces otras actividades físicas, y puede empeorar debido a la presión que el feto pone en las estructuras pélvicas. La presión adicional también puede hacer que sientas la necesidad de orinar más a menudo. Estos síntomas pueden ser solo temporales, y a menudo terminan unas cuantas semanas después de que el bebé haya nacido.

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El embarazo, el tipo de parto, y el número de hijos que haya tenido una mujer, puede aumentar el riesgo de incontinencia. Las mujeres que han dado a luz (bien sea de forma vaginal o mediante cesárea) tienen probabilidades más altas de tener incontinencia por estrés que aquellas que nunca han tenido un bebé.

La pérdida del control de la vejiga puede causarlo el prolapso (se escurre hacia abajo) de un órgano pélvico, lo que a veces ocurre después del parto. Los músculo pélvicos se pueden estirar y debilitar durante el embarazo o el parto vaginal. Si los músculos pélvicos no proporcionan el soporte suficiente, tu vejiga puede hundirse o caerse. Esta condición se llama cistocele. Cuando la vejiga se hunde, puede causar que la apertura de la uretra se estire.

Otras causas de los problemas del control de la vejiga incluyen los siguientes:

  • Los nervios pélvicos que controlan la función de la vejiga pueden lesionarse durante un parto vaginal largo o difícil.
  • El parto donde se usa el fórceps puede resultar en lesiones a los músculos del suelo pélvico y del esfínter anal.
  • Empujar durante un tiempo prolongado en un parto vaginal también aumenta el riesgo de lesiones a los nervios pélvicos y a continuación pueden surgir problemas con el control de la vejiga.

¿Cómo se diagnostican los problemas de control de la vejiga?

Aunque la mayoría de los problemas del control de la vejiga durante o después del embarazo desaparecen con el tiempo, debes de ir a ver al médico si los problemas continúan durante más de seis semanas después de haber dado a luz. Es una buena idea mantener un registro de tus visitas al baño, cómo de a menudo tienes escapes de orina, y cuando ocurren.

El médico hará un examen físico para descartar otra variedad de condiciones médicas y ver cómo de bien funciona tu vejiga. Tu médico puede pedir que te hagan varias pruebas, que pueden incluir:

  • Análisis de orina: tendrás que dar una muestra de orina, que se analizará para ver si hay infecciones que puedan estar causando la incontinencia.
  • Escáner de la vejiga: imágenes tomadas por ultrasonido en las que se puede ver si la vejiga se está vaciando por completo.
  • Prueba de estrés de la vejiga: tu médico buscará señales de escape de orina cuando toses con fuerza o cuando haces presión hacia abajo.

¿Cómo se tratan los problemas de control de la vejiga?

Hay varias técnicas para tratar los problemas de control de la vejiga. Practicar los ejercicios Kegel puede ayudar a mejorar el control de la vejiga y reducir los escapes de orina. Además, cambiar tu dieta, perder peso, y medir los viajes al baño también puede ser de ayuda.

Aquí tienes algunas sugerencias para tratar los problemas de control de la vejiga:

  • Tomar bebidas como por ejemplo los refrescos con gas, café y té pueden hacerte sentir necesidad de orinar más a menudo. Cambia a las bebidas sin cafeína y agua para prevenir el escape de orina.
  • Limita la cantidad de líquido que bebes después de la cena para reducir el número de viajes al baño durante la noche.
  • Come alimentos altos en fibra para evitar el estreñimiento, ya que el estreñimiento también puede causar escapes de orina.
  • Tener sobrepeso puede poner más presión en la vejiga. Perder peso después de que haya nacido tu bebé puede ayudarte a aliviar parte de esta presión.
  • Lleva un registro de los momentos del día en que es más probable que tengas escapes. Puede que seas capaz de evitar los escapes si planeas viajes al baño antes de que ocurran.

Después de establecer un patrón regular, puede que seas capaz de alargar el tiempo entre viajes al baño. Al forzarte a aguantarte durante más tiempo, fortalecerás tus músculos pélvicos y aumentarás el control sobre tu vejiga.

¿Cómo se puede prevenir la pérdida de control de la vejiga debido al embarazo o parto?

El parto, especialmente el vaginal , tiene un impacto en los músculos y nervios del suelo pélvico que afectan el control de la vejiga, así que debes de hablar sobre tus opciones con tu proveedor de cuidados de salud.

Las cesáreas se han asociado con un riesgo menor de incontinencia o prolapso pélvico que los partos vaginales, pero pueden presentar otros riesgos. Los bebés grandes que pesan más de 9 libras en el momento del nacimiento pueden suponer un aumento del riesgo de daño a los nervios durante el parto.

Hacer ejercicio con los músculos del suelo pélvico, como los ejercicios Kegel, puede ayudar a prevenir los problemas de control de la vejiga.

Los problemas de control de la vejiga pueden aparecer meses e incluso años después del parto. Habla con tu equipo de cuidados de salud si te ocurre esto.

¿Cómo hago los ejercicios Kegel?

Los ejercicios Kegel, también llamados ejercicios del suelo pélvico, ayudan a fortalecer los músculos que soportan la vejiga, el útero, y los intestinos. Al fortalecer estos músculos durante el embarazo, puedes desarrollar la capacidad de relajar y controlar los músculos en preparación para el parto.

Los ejercicios Kegel se recomiendan mucho durante el periodo de postparto (después de dar a luz) para promover que se curen los tejidos perineos, se aumente la fortaleza de los músculos del suelo pélvico, y se ayude a estos músculos a volver a su estado sano (incluyendo un mejor control de la orina).

Para hacer los ejercicios Kegel, imagina que intentas aguantar algo en tu vagina o parar el flujo de la orina, o que intentas auguantarte los gases/flatulencias. Cuando haces esto, estás contrayendo (apretando) los músculos del suelo pélvico, y practicando los ejercicios Kegel. Mientras haces estos ejercicios, intenta no mover tu pierna, nalgas, o músculos abdominales. De hecho, nadie debe de poder notar que estás haciendo ejercicios Kegel.

Los ejercicios Kegel se deben de hacer todos los días. Recomendamos hacer cinco tandas de ejercicios Kegel al día. Cada vez que contraigas los músculos del suelo pélvico, sujétalo durante 10 segundos y luego relájalos. Repite 15 veces y será una tanda de ejercicios Kegel.

Referencias:

Esta información proviene de la Cleveland Clinic y no es su intención reemplazar el consejo de su médico o proveedor de servicios de salud. Por favor consulte a su proveedor de salud par información acerca de una condición médica específica. ©The Cleveland Clinic 1995-2024

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  Last review date: 02/02/2016       Translated: 11/28/2016


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