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Prolapso Rectal

Prolapso Rectal

¿Qué es el prolapso rectal?

El prolapso rectal ocurre cuando el recto (la última sección del intestino grueso) se cae de su posición normal en la zona pélvica. (La palabra “prolapso” significa que una parte del cuerpo se cae o mueve de su posición habitual.)

El término “prolapso rectal” puede describir tres tipos de prolapso:

  • Todo el recto sobresale fuera del ano
  • Solo una porción del revestimiento del recto sale por el ano
  • El recto empieza a bajar pero no sale por el ano (prolapso interno)

El prolapso rectal es común entre adultos mayores con un historial largo de estreñimiento o debilidad en los músculos del suelo de la pelvis. Es más común en las mujeres que en los hombres e incluso más común en las mujeres de más de 50 años de edad (las postmenopáusicas) pero también puede ocurrir en las personas jóvenes. El prolapso rectal también puede ocurrir en los bebés – lo que puede ser una señal de fibrosis quística – y los niños más mayores.

¿Cuáles son los síntomas del prolapso rectal?

Los síntomas del prolapso rectal incluyen una sensación de que hay un bulto o la apariencia de una masa de color rojizo que se extiende fuera del ano. Al principio, esto puede ocurrir durante lo después de la defecación y es una condición temporal. Sin embargo, al pasar el tiempo – debido a una cantidad de tiempo normal de estar de pie o andando – la parte final del recto puede sobresalir fuera del canal anal y hará falta empujarlo manualmente de nuevo dentro del canal.

Otros síntomas de prolapso rectal incluyen dolor en el ano y el recto y hemorragia rectal del revestimiento interior del recto. Estos síntomas rara vez son mortales. Otro síntoma es la incontinencia fecal. La incontinencia fecal se refiere a la pérdida de mucosa, sangre o heces por el ano. Esto ocurre como resultado de que el recto ha ensanchado el músculo anal. Los síntomas cambian a medida que el prolapso rectal mismo progresa.

¿Qué causa el prolapso rectal?

El prolapso rectal puede ocurrir como resultado de muchas condiciones, incluyendo:

  • Estreñimiento crónico o diarrea crónica
  • Un largo historial de hacer esfuerzo durante la defecación
  • Edad avanzada. Los músculos y ligamentos del recto y el ano se debilitan de forma natural con la edad. Otras estructuras cercanas como la zona pélvica se aflojan con la edad, lo que añade a la debilidad generalizada de esta zona del cuerpo.
  • Debilitación del esfínter anal. Este es el músculo específico que controla cuando se sueltan las heces del recto.
  • Lesiones previas a las zonas anales o pélvicas.
  • Daño a los nervios. Si los nervios que controlan la capacidad de los músculos del recto y del ano de contraerse se dañan, puede resultar el prolapso rectal. El daño a los nervios puede causarlo el embarazo, un parto vaginal difícil, una parálisis del esfínter anal, lesiones a la espina dorsal, lesiones a la espalda/ cirugía en la espalda, y/o otras cirugías en la zona pélvica.
  • Otras enfermedades, condiciones, e infecciones. El prolapso rectal puede ser una consecuencia de la diabetes, la fibrosis quística, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la histerectomía, e infecciones en los intestinos causadas por parásitos – como las lombrices y tricocéfalos – y enfermedades que resultan de una mala nutrición o de la dificultad de digerir alimentos.

¿Es el prolapso rectal simplemente otro nombre para las hemorroides?

No. El prolapso rectal resulta de la caída de la última porción del intestino grueso. Las hemorroides son vasos sanguíneos hinchados que se desarrollan en el ano y en la parte inferior del ano. Las hemorroides pueden producir picor y dolor en el ano, incomodidad, y sangre muy roja en el papel de baño. El prolapso rectal en sus comienzos puede parecerse a las hemorroides internas que se han salido del ano (ej, prolapso), lo que hace difícil diferenciar estas dos condiciones.

¿Cómo se diagnostica el prolapso rectal?

Primero, tu médico tomará tu historial médico y te hará un examen rectal. Te pueden pedir que hagas esfuerzo mientras te sientas en una tapa de inodoro para imitar una defecación. El poder ver el prolapso ayuda al médico a confirmar el diagnóstico y el plan de tratamiento.

Otras condiciones que pueden estar presentes junto con el prolapso rectal son la incontinencia urinaria, el prolapso de la vejiga y el prolapso vaginal/uterino. Debido a la variedad de potenciales problemas, se suele hacer un equipo de urólogos, uroginecólogos y otros especialistas para compartir las evaluaciones y hacer decisiones conjuntas en cuanto a tratamientos. De este modo, las operaciones quirúrgicas necesarias para arreglar cualquiera de estos problemas se podrán hacer al mismo tiempo.

Hay varias pruebas que los médicos pueden usar para diagnosticar el prolapso rectal y otros problemas del suelo pélvico. Las pruebas que se usan para evaluar y hacer decisiones en cuanto al tratamiento son:

  • Electromiografía anal (EMG por sus siglas en inglés) – esta prueba determina si es el daño a los nervios la razón por la que el esfínter anal no funciona de manera adecuada. También examina la coordinación entre el recto y los músculos anales.
  • Manometría anal – esta prueba estudia la longitud de los músculos del esfínter anal. Para medir la estrechez del esfínter se inserta un tubo corto y fino por el ano y recto.
  • Ultrasonido anal – esta prueba ayuda a evaluar la forma y la estructura de los músculos del esfínter anal y los tejidos del entorno. En esta prueba, se mete un pequeño catéter por el ano y recto para tomar imágenes del esfínter.
  • Prueba de latencia motora terminal del nervio pudendo – esta prueba mide la función de los nervios pudendos, que son los que se usan para el control de la defecación.
  • Proctograma de defecación (defecografía) – esta prueba se hace en el departamento de radiología. En esta prueba, se toma un video por rayos-X que muestra cómo funciona el recto. Este video muestra cuantas heces puede retener el recto, cómo de bien las retiene, y cómo de bien las deja salir.
  • Colonoscopia – Es una prueba del colon y el intestino grueso. Un tubo flexible con una cámara se pasa por el ano y hacia arriba donde el intestino grueso se une al delgado. Esto ayuda a dar pistas visuales sobre el origen del problema.
  • Proctosigmoidoscopia – esta prueba ayuda a ver el recubrimiento de la parte inferior del colon, buscando anormalidades – como inflamación, tumores, o tejido cicatrizante. Para hacer esta prueba, se inserta un tubo flexible con una cámara en el final por el recto hasta el colon sigmoideo.
  • Resonancia Magnética (MRI por sus siglas en inglés) – Esta prueba se hace en el departamento de radiología. A veces se usa para evaluar los órganos pélvicos.

¿Cómo se trata el prolapso rectal?

En algunos casos de prolapsos menores y tempranos, el tratamiento puede comenzar en casa con el uso de reblandecedores de heces y empujando el tejido que se mueve de nuevo dentro del ano manualmente. Sin embargo, se suele necesitar cirugía para reparar el prolapso. Hay varias estrategias quirúrgicas. La elección del cirujano dependerá de la edad del paciente, otros problemas de salud existentes, el alcance del prolapso, los resultados de las pruebas, y la preferencia del cirujano y su experiencia con ciertas técnicas. Las dos estrategias más comunes para la reparación del prolapso rectal son la cirugía abdominal y la rectal (también llamada perineal).

Reparación abdominal
El procedimiento abdominal se refiere a hacer una incisión en los músculos abdominales para ver y operar en la cavidad abdominal. Se suele hacer bajo anestesia general y es la estrategia que se usa más a menudo en adultos sanos. Los dos tipos más comunes de reparación abdominal son la rectopexia (fijación [volver a atar] al recto) y resección (extirpación de un segmento del intestino) seguida de rectopexia. La resección es preferible para los pacientes con estreñimiento severo. La rectopexia también se puede hacer de forma laparoscópica a través de una incisión como una cerradura o robóticamente.

Reparación rectal (perineal)
Los procedimientos rectales se usan a menudo en pacientes más mayores y en pacientes con problemas médicos. En estos pacientes en vez de usar anestesia general se suele usar anestesia espinal o epidural. Los dos abordajes rectales más comunes son los procedimientos Altemeier y Delorme.

  • Técnica Altemeier. En este procedimiento – también llamado proctosigmoidectomía perineal – se corta (amputa) la porción del recto que sobresale fuera del ano y se vuelven a coser los dos extremos del mismo. Las estructuras restantes que ayudan a soportar el recto se cosen juntas en un intento de dar mejor soporte.
  • Técnica Delorme. En este procedimiento solo se extirpa el revestimiento interior del recto que sobresale. La parte exterior se dobla y se cose y los bordes de la capa interior se cosen para que el recto esté dentro del canal anal.

¿Cuáles son los riesgos/complicaciones que pueden ocurrir después de la cirugía?

Como con cualquier cirugía, las complicaciones por la anestesia, hemorragias, e infecciones son siempre posibles riesgos.

Otros riesgos y complicaciones de las cirugías para reparar los prolapsos incluyen:

  • Que no se cure la zona donde se ha reconectado las dos partes del intestino. (Esto puede pasaren la cirugía en la que se extirpa un segmento del intestino y se reconectan los dos trozos restantes.)
  • Hemorragia intra-abdominal o rectal
  • Retención urinaria (imposibilidad de pasar orina)
  • Complicaciones médicas de la cirugía: ataque cardiaco, neumonía, trombosis venosa (coágulos de sangre)
  • Vuelta del prolapso rectal
  • Empeoramiento o desarrollo de incontinencia fecal
  • Empeoramiento o desarrollo de estreñimiento

Después de la cirugía se debe de evitar el estreñimiento y hacer esfuerzos. Se pueden usar cosas como fibra, líquidas, reblandecedoras de heces, y laxativos suaves.

¿Cuánto éxito tiene la cirugía?

El éxito depende de la condición del tejido de soporte y la edad y la salud del paciente. Los procedimientos abdominales están asociados con una posibilidad más baja de tener un prolapso recurrente que con el procedimiento perineal. Sin embargo, en la mayoría de los pacientes, la cirugía arregla el prolapso.

¿Cómo de larga es la recuperación?

La media de estancia en el hospital es de 3 a 5 días pero varía dependiendo de la salud del paciente y otras condiciones que tenga. La recuperación completa suele ocurrir a los tres meses; sin embargo, los pacientes deben de evitar hacer esfuerzos y levantar objetos pesados durante al menos 6 meses. De hecho, la mejor manera de prevenir que los prolapsos recurran es hacer un esfuerzo de por vida en evitar los esfuerzos y cualquier actividad que aumente la presión abdominal.

Referencias:

Esta información proviene de la Cleveland Clinic y no es su intención reemplazar el consejo de su médico o proveedor de servicios de salud. Por favor consulte a su proveedor de salud par información acerca de una condición médica específica. ©The Cleveland Clinic 1995-2024

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  Last review date: 01/15/2015       Translated: 06/16/2015


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