La incontinencia fecal – también llamada incontinencia
anal – es el término usado cuando no se puede controlar la defecación. La
deposición (heces/desperdicios) gotea fuera del recto en momentos no deseado –
no en un momento planeado para ir al baño. Esta pérdida ocurre con o sin
conocimiento. La incontinencia fecal ocurre más a menudo en las mujeres que en
los hombres y también es una incidencia común en los ancianos.
El término incontinencia fecal se usa si ocurre
cualquiera de las siguientes situaciones:
La deposición se escapa cuando tienes gases
La deposición se escapa debido a actividad física/ esfuerzos de la vida diaria
Una persona puede "sentir que él/ella tiene que ir" y no pueda ser capaz
de llegar al baño a tiempo
Se ve deposición en la ropa interior después de ir a defecar de manera normal
Hay una pérdida completa de control intestinal
¿Porqué ocurre la incontinencia fecal?
Hay varios factores que afectan la continencia de las
deposiciones o la habilidad de controlar las defecaciones:
Los músculos en el recto y en el ano (las dos últimas secciones de los
intestinos) deben de estar funcionando debidamente.
El recto debe de ser capaz de estirarse para sujetar la deposición. Debe
de haber una "sensación rectal" para proporcionar avisos de la necesidad de
ir a defecar. Cuando funciona adecuadamente, esto significa que una persona
tiene la sensación de que es el momento de ir al baño.
Los músculos del ano, que se llaman esfínter, tienen que tener la
capacidad de apretar el ano hasta que se cierre. Si estos músculos no están
funcionando bien, la deposición puede salir inesperadamente.
La persona no tiene la habilidad física o mental como para "reconocer la
señal" que dice que es el momento para ir al baño a defecar, o la movilidad
física para alcanzar el baño.
Las deposiciones son muy líquidas o explosivas, o ambas cosas.
Si cualquiera de estas funciones del cuerpo no funcionan adecuadamente, ocurre la incontinencia fecal.
¿Qué causa cambios en las funciones del cuerpo?
Diarreas y estreñimientos frecuentes. Estas enfermedades causan que
los músculos del recto y del ano se debiliten. Cuando estos músculos se
debilitan, la habilidad de contener la deposición dentro del cuerpo también
se debilita.
Daño muscular. El daño muscular puede ocurrir durante un parto
vaginal difícil, cuando los médicos tienen que usar forceps o hacer pequeños
cortes (una episiotomía) para hacer que la abertura sea más grande. El daño
muscular también puede resultar de una operación quirúrgica anal o rectal (pero
no de las operaciones quirúrgicas para curar las hemorroides.)
Edad avanzada. Naturalmente, con la edad se debilitan los músculos
del recto y del ano. Otras estructuras cercanas en la pelvis también se
sueltan con la edad. Esto añade más debilidad generalizada a esta zona del
cuerpo, causando problemas con el control de las deposiciones. Las
deposiciones sueltas son más difíciles de controlar que las duras. Cuando
llega una gran cantidad de deposición suelta al recto, puede que no haya el
suficiente tiempo de aviso para llegar al baño a tiempo.
Daño a los nervios. Si se dañan los nervios que controlan la
capacidad de los músculos para contraerse del recto y del ano, puede dar
como resultado la incontinencia. Los nervios que controlan "la sensación
rectal" también pueden causar incontinencia si se dañan. El daño de los
nervios puede ser causado por un parto vaginal difícil, una operación
quirúrgica anal, por estreñimiento (que resulta en frecuentes y severos
ataques de esfuerzos), o la presencia de ciertas enfermedades de salud (ej.
Diabetes, esclerosis múltiple, ataque de apoplejía, tumor en la espina dorsal).
Incapacidad del recto para estirarse. Si los músculos del recto no
son tan elásticos como deberían de ser, el exceso de deposición que se
acumula puede escaparse. El síndrome del intestino inflamado (como la
enfermedad de Crohn) también puede afectar a la capacidad del recto de
estirarse. Las cicatrices que resultan de las operaciones quirúrgicas y
terapias de radiación también pueden endurecer los músculos del recto.
Otras enfermedades. Ciertas enfermedades, como el prolapso del recto
(el recto se cae dentro del ano) o el rectocele (el recto empuja hacia la
vagina), o estreñimiento crónico donde la deposición se escapa pasando
alrededor de una gran bola de deposición.
Otras causas: El abuso de laxativos, los tratamiento de radiación,
ciertos defectos del sistema nervioso y congénitos, las enfermedades de
síndrome del intestino inflamado y síndrome del intestino irritable pueden
resultar en la pérdida de la capacidad de controlar las deposiciones.
¿Qué pruebas se usan para confirmar el diagnóstico de incontinencia fecal?
Te evaluará un gastroenterólogo y/o un cirujano
colorectal que esté especializado para ayudarte. Primero tu médico te hará
preguntas acerca de tu enfermedad; luego te hará un examen físico y un examen
rectal. No te sientas avergonzado de hablar con tu médico. Ellos entienden que
hablar de este problema puede no ser cómodo.
Manometría anal – Esta prueba estudia la fuerza de los músculos del
esfínter anal. Un tubo corto y delgado, se inserta en el ano y en el recto,
y se usa para medir cómo de apretado está en esfínter.
Ecografía endoluminal o ecografía anal – Esta prueba ayuda a evaluar
la forma y la estructura de los músculos del esfínter anal y los tejidos de
alrededor. En esta prueba se inserta una sonda pequeña en el ano o el recto
para tomar imágenes del esfínter.
Prueba de determinación del tiempo de latencia motora del nervio pudendo
– esta prueba mide la función de los nervios pudendos, que participan en
el control de los intestinos.
Electromiografía anal (EMG por sus siglas en inglés) – Esta prueba
determina si el daño a los nervios es la razón por la que los esfínteres
anales no están funcionando como deben. También examina la coordinación
entre el recto y los músculos anales.
Sigmoidoscopia flexible o proctosigmoidoscopia – Esta prueba evalúa
la parte final del intestino grueso o colon, y busca anormalidades -- como
por ejemplo inflamación, tumores o tejidos cicatrizantes -- que puedan
causar incontinencia fecal. Para hacer esta prueba, se inserta en el recto y
hacia arriba por el colon sigmoideo un tubo fino con una cámara incorporada
en un extremo. Esto permite visualizar el recubrimiento del intestino.
Proctografía (también llamada defecografía) – Esta prueba la hace el
departamento de radiología. En esta prueba se toma un video de rayos-X que
muestra lo bien que funciona el recto. El video muestra cuantas heces puede
almacenar el recto, lo bien que lo almacena, y cómo de bien suelta el recto
las heces. Para hacer el video de rayos-X para esta prueba, se pone una
pequeña cantidad de bario líquido en el colon y el recto ( a través de un
tubo que se inserta en el recto).
Resonancia magnética (MRI por sus siglas en inglés) – Esta prueba se
hace en el departamento de radiología. Se usa a veces para evaluar los órganos pélvicos.
¿Cuáles son los tratamientos para la incontinencia fecal?
Dependiendo de la causa de la incontinencia fecal, el
tratamiento puede incluir uno o más de uno de los siguientes enfoques: cambios
en la dieta, entrenamiento de los intestinos, medicamentos, o una operación
quirúrgica.
Opciones de tratamiento médico:
Consejos dietéticos: el objetivo de los cambios en
la dieta es el evitar los alimentos que puedan causar deposiciones sueltas. Los
alimentos que pueden necesitar evitar son: la cafeína, el alcohol, algunos jugos/zumos
de frutas, ciruelas pasas, frijoles, la familia de vegetales de la berza,
alimentos picantes, productos lácteos, carnes curadas o ahumadas y edulcorantes
artificiales. Otros alimentos ayudan a engordar las defecaciones, lo que puede
ayudar con el control fecal. Estos alimentos incluyen el plátano, el puré de
manzana, la mantequilla de cacahuete, la pasta, las patatas y el queso.
Entrenamiento de los intestinos: hay dos tipos de
entrenamiento de los intestinos. El objetivo del primer tipo es establecer una
pauta de "ir al baño". Al establecer una rutina, los pacientes pueden lograr un
mayor control de sus deposiciones.
Un enema diario a la misma hora ayudará a controlar la
deposición de heces y disminuirá los episodios de incontinencia fecal. No uses
un enema sin antes consultar con tu médico.
El objetivo del segundo tipo de entrenamiento de los
intestinos es aprender ciertos ejercicios que pueden fortalecer los músculos
alrededor del ano. Un terapeuta especializado te enseñará cómo localizar los
músculos adecuados y hacer ejercicios con ellos. Este proceso se llama
retroalimentación (o biofeedback).
Medicamentos: Los medicamentos que se recetan
normalmente incluyen medicamentos contra la diarrea y suplementos de fibra.
Estos medicamentos disminuyen el movimiento de las heces a través del intestino
y hacen que las heces se vuelvan más firmes. No uses medicamentos que no
necesiten receta médica sin antes consultar con tu médico.
Protección de la piel: Ya que los goteos fecales
llevan a la irritación de la piel del ano, se pueden usar cremas que crean
barrera contra la humedad – como las que se usan para las irritaciones de los
pañales de los bebés – para proteger la piel. Estos productos se pueden usar
indefinidamente. Si se necesitan, otra posibilidad son los pañales para adultos.
Por último, pueden ayudar a la comodidad la ropa suelta y la ropa interior de
algodón. No uses medicamentos sin receta médica para la incontinencia sin antes
hablar de ello con tu médico.
Opciones quirúrgicas:
En la esfinteroplastia, o reparación del esfínter
por superposición, se cosen los músculos anales del esfínter que están dañados (ver
imagen inferior izquierda). Los músculos anales del esfínter se superponen y se
usan puntos de sutura para asegurar los músculos en ambos lados. Superponer y
tensar los músculos del esfínter resulta en una apertura más apretada.
(Imagen: Los músculos anales del esfínter se superponen y se usan puntos de sutura para
asegurar los músculos en ambos lados. Superponer y tensar los músculos del
esfínter resulta en una apertura más apretada.)
El procedimiento de Malone o de enemas antegrado (ACE por sus siglas en inglés) (ver encima a la derecha) es apropiado ocasionalmente para los pacientes con
incontinencia fecal. En este procedimiento el cirujano crea un pequeño camino
desde la piel del abdomen al intestino. Se mete un pequeño tubo a través del
cual se administra un enema diario para limpiar las heces.
(Imagen: Procedimiento de Malone o enemas antegrado
(ACE por sus siglas en inglés)
El esfínter intestinal artificial consiste en
implantar quirúrgicamente un aparato (prótesis) alrededor del ano. Este aparato
está diseñado para imitar el músculo anal normal.
Colostomía. En esta operación, se hace una
apertura en el abdomen a través de la cual se trae el colon a la superficie de
la piel. Las heces se recolectan en una bolsa especial que se pega al abdomen
alrededor de la apertura. Este procedimiento se suele considerar cuando todos
los otros tratamientos han fallado.