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Síndrome del Intestino Corto en Niños

Síndrome del Intestino Corto en Niños

El síndrome del intestino corto es una enfermedad en la que el cuerpo no puede absorber suficientes líquidos y nutrientes porque falta parte del intestino delgado (normalmente debido a una cirugía o enfermedad anterior), o porque no funciona como debe.

¿Qué hace el intestino delgado?

El intestino delgado es una parte del sistema digestivo. El intestino delgado tiene tres secciones:

  • El duodeno, que se encuentra al lado del estómago, es la sección más corta.
  • El yeyuno, que se encuentra entre el duodeno y el íleo
  • El íleo, que es la sección más larga y conecta con el intestino grueso (colon)

(La válvula ileocecal forma una barrera entre el íleo y el intestino grueso para prevenir que el contenido del intestino grueso fluya de nuevo hacia el delgado).

El intestino delgado es donde ocurre la absorción de líquidos, proteínas, carbohidratos (almidón y azúcares), hierro, grasas, vitaminas, y minerales (como el calcio, el sodio, y el potasio). Si han tenido que extirpar el duodeno y una parte del yeyuno mediante una cirugía, el íleo puede asumir la función de ambos en absorber los nutrientes. Pero si han tenido que extirpar una parte sustancial del yeyuno o el íleo, es más difícil obtener la nutrición adecuada. En estos casos, los nutrientes normalmente deben de provenir de otra forma que no sean alimentos.

Los niños necesitan más calorías que los adultos porque todavía están creciendo. Si un niño nace sin alguna parte del intestino delgado, esto puede llevar a tener serios problemas.

¿Qué causa el síndrome del intestino corto?

El síndrome del intestino corto puede ocurrir debido a una enfermedad congénita (el bebé nace con ella). Por ejemplo, el intestino delgado puede ser anormalmente corto al nacer, o puede que falte un parte del intestino, o el intestino no se ha formado por completo antes del nacimiento (atresia intestinal).

En otros casos, los pacientes desarrollan enfermedades en las que una gran parte del intestino delgado tiene que extirparse mediante cirugía. En los neonatos, especialmente en los bebés prematuros, la causa más común del síndrome del intestino corto es la enterocolitis necrotizante (la inflamación y pérdida de flujo de sangre al intestino, que lleva a daño severo).

Otras causas incluyen:

  • La enfermedad de Crohn (el intestino se inflama y cicatriza); con esta enfermedad el síndrome del intestino corto ocurre principalmente en pacientes que han tenido una cirugía importante en su intestino delgado.
  • Intususcepción (una parte del intestino se dobla hacia otra y se pone en peligro el flujo de sangre hacia las partes del intestino implicadas)
  • Lesiones al intestino debido a:
    • Vólvulo (torsión del intestino)
    • Trauma (lesiones)
    • Gastrosquisis (cuando los intestinos se desarrollan fuera del cuerpo antes de nacer)
    • Estrechamiento u obstrucción de los intestinos
    • Tumores
    • Coágulos de sangre o flujo de sangre anormal (isquemia) que afectan la circulación al intestino

¿Cuáles son los síntomas del síndrome del intestino corto?

Los síntomas del intestino corto incluyen:

  • Diarrea. El síntoma más común de síndrome de intestino corto el los bebés y niños es una diarrea acuosa.
  • Hinchazón
  • Demasiados gases y/o heces malolientes
  • Poco apetito
  • Pérdida de peso o incapacidad de ganar peso
  • Fatiga
  • Vómitos

Como resultado del síndrome del intestino corto pueden ocurrir otras complicaciones, como por ejemplo:

  • Deshidratación
  • Desequilibrio o falta de vitaminas, minerales, y/o electrolitos
  • Malnutrición
  • Dermatitis severa en la zona del pañal causada por las frecuentes diarreas
  • Hábitos alimenticios anormales
  • Piedras en el riñón o cálculos biliares causados por una absorción anormal del calcio o la bilis
  • Crecimiento excesivo de las bacterias (altos niveles de bacterias en el intestino)

¿Cómo se trata el síndrome de intestino corto?

Se pueden necesitar una variedad de tratamientos para tratar el síndrome del intestino corto. El paciente tiene que cambiar su dieta para ser capaz de absorber los nutrientes correctamente. Si un paciente ha tenido una operación quirúrgica para extirpar parte del intestino delgado, es importante mantener un equilibrio normal de electrolitos, líquidos, y otros nutrientes para prevenir la deshidratación, malnutrición, y otros problemas.

El paciente puede necesitar nutrición parenteral total (TPN por sus siglas en inglés) después de la cirugía. La TPN es un método para proporcionar alimento sin pasar por el sistema digestivo. Las soluciones con TPN contienen una mezcla de líquidos y nutrientes, como proteínas, grasas, azúcares, y vitaminas y minerales esenciales. La solución se administra por vía intravenosa (a través de una de las venas grandes en la que se mete un catéter, un tubo de plástico flexible). La TPN se da durante 10 a 12 horas o a veces más tiempo; los bebés y los niños suelen recibir esta solución mientras duermen.

Algunos niños deben de permanecer con TPN de manera indefinida. Cuando se usa esta forma de nutrición a largo plazo pueden surgir complicaciones serias, como infecciones en la zona donde se inserta el catéter, formación de coágulos de sangre, y daños al hígado.

Pese a los riesgos de complicaciones, la TPN puede salvarles la vida a niños y adultos que no son capaces de obtener la nutrición apropiada a través de su tracto gastrointestinal. Además, los cambios recientes en los regímenes de TPN combinados con comenzar la alimentación temprano, puede disminuir las probabilidades de desarrollar lesiones de hígado a largo plazo.

Al pasar el tiempo, la nutrición enteral puede reemplazar la TPN en algunos pacientes. La alimentación enteral se da a través de un tubo gástrico (tubo g) que se mete en el estómago mediante una incisión, o se pone usando un endoscopio. En algunos casos se puede usar un tubo naso-gástrico que pasa desde la nariz al estómago en vez de un tubo gástrico. En otros pacientes puede haber la alternativa de colocar un tubo parecido en el intestino delgado (tubo de yeyunostomía o tubo j).

Algunos niños pueden recibir pequeñas cantidades de comida sólida y líquidos además de la alimentación enteral o parenteral (intravenosa). Esto ayuda a los bebés y a los niños a mantener la capacidad de masticar y chupar y les ayuda a desarrollar hábitos normales de alimentación en el futuro.

En algunos casos, los pacientes a los que se les ha quitado parte del intestino mediante operación quirúrgica pasan por un proceso llamado adaptación intestinal. Durante la adaptación intestinal, el intestino puede aumentar de tamaño después de la cirugía. La zona de la superficie dentro del intestino aumenta a medida que la mucosa (revestimiento de la pared del intestino) se hace más gruesa. Las vellosidades (recubrimiento del intestino responsable de la absorción) se vuelven más largas y densas, lo que ayuda a potenciar la absorción de nutrientes. El diámetro de los intestinos también puede aumentar.

¿Qué medicamentos se recetan para el síndrome del intestino corto?

Hay medicamentos que se pueden usar para ayudar a hacer que los alimentos pasen más lentamente por el intestino. Esto permite que haya más tiempo para que los nutrientes estén en contacto con las células que son el revestimiento del intestino, lo que mejora la absorción.

Los medicamentos para la diarrea como el hidrocloruro de loperamida se pueden dar a los niños, si los recomienda su médico, porque tienen pocos efectos secundarios. Los pacientes pueden tomar medicamentos anti-ácido o para las úlceras para tratar o disminuir el riesgo de úlceras en el estómago, ya que es probable que el estómago segregue mayores cantidades de ácido durante el periodo de recuperación. En ocasiones puede que te receten los antibióticos para prevenir o tratar el crecimiento excesivo de bacteria.

La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) ha aprobado nuevos medicamentos, como teduglutide, un medicamento que se da vía inyección, para el síndrome del intestino corto en los adultos, pero no en los niños. Estos medicamentos ayudan a reducir los requisitos de la TPN en algunos pacientes con síndrome de intestino corto, pero se necesitan más estudios en los niños y además tienen potencialmente importantes efectos secundarios.

¿Cuándo se necesita una operación quirúrgica para el síndrome del intestino corto?

Las opciones quirúrgicas se pueden explorar en ciertas situaciones de síndrome del intestino corto.

En algunos casos se puede hacer una operación quirúrgica para mejorar la longitud funcional del intestino mediante varios procedimientos como el procedimiento Bianchi y el procedimiento de enteroplastia transversal seriada (STEP por sus siglas en inglés). Estos procedimientos también pueden ayudar a disminuir la probabilidad de crecimiento excesivo de las bacterias mediante el estrechamiento del diámetro del intestino que ha podido aumentar en algunos casos de síndrome del intestino corto. La decisión de si la cirugía ayudará a mejorar el estado funcional del paciente se hace en función de cada caso en particular, y en muchos casos depende de la longitud del intestino delgado que está presente así como de las causas subyacentes del síndrome del intestino corto.

Un trasplante intestinal consiste en poner el intestino delgado de un donante dentro del paciente. Esto se puede considerar para los pacientes que no pueden usar su intestino para absorber alimentos y líquidos, dependen en la TPN por completo y tienen riesgo de perder puntos de acceso para la nutrición intravenosa. Al mismo tiempo se puede necesitar un trasplante de hígado, si el paciente ha desarrollado enfermedad hepática (del hígado) irreversible a causa del uso de TPN a largo plazo. Debido a que muy pocos centros hacen trasplantes intestinales, una referencia temprana a un centro de trasplantes ayuda con el planeamiento de dicho trasplante antes de que sucedan complicaciones serias.

¿Cuál es el pronóstico para aquellos pacientes que tienen síndrome del intestino corto?

El pronóstico para los bebés y niños que tienen síndrome de intestino corto puede ser bueno, dependiendo de la longitud del intestino que les queda. Sin embargo, necesitarán cuidados de seguimiento por el resto de su vida. Se necesita vigilar de cerca de los niños para ver si tienen cualquier deficiencia nutricional u otras enfermedades que puedan ser resultado del uso continuo de la nutrición enteral o parenteral. En general, la calidad de vida y las posibilidades de parar la TPN han mejorado debido a la mayor comprensión del problema y la prevención de complicaciones.

Las causas principales de muerte entre bebés y niños que reciben alimentación parenteral son las infecciones y trastornos del hígado y tracto biliar (la vía por la que la bilis fluye desde el hígado al intestino delgado). Las complicaciones infecciosas pueden volverse menos frecuentes con los avances recientes en los protocolos para el cuidado de las vías centrales en niños. La colestasis (una enfermedad en la que la bilis no puede fluir desde el hígado al duodeno) es una complicación común en las personas que usan la alimentación parenteral a largo plazo. Los nuevos enfoques para manejar la TPN han ayudado a disminuir las posibilidades de colestasis y enfermedades del hígado asociadas.

Es vital para manejar y mejorar los resultados en pacientes con síndrome del intestino corto el tener un enfoque de equipo, que incluya un gastroenterólogo pediátrico, dietistas pediátricos, farmacéuticos, cirujanos pediátricos y cirujano de trasplante, y trabajadores sociales.

Referencias

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