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Relajamiento de la Fobia Dental en Adultos

Relajamiento de la Fobia Dental en Adultos

Si tienes miedo de ir al dentista, no eres el único. Entre el 9% al 15% de los americanos dicen que evitan ir al dentista por la ansiedad o miedo.

La gente que tiene ansiedad dental tiene una sensación de inquietud por la inminente cita con el dentista. También pueden tener preocupaciones o miedos exagerados.

La fobia dental es una enfermedad más seria que deja a la gente acongojada por el pánico y aterrorizada. La gente que sufre fobia dental tiene conciencia de que el miedo es totalmente irracional pero son incapaces de hacer nada para cambiar. Demuestran el típico comportamiento de evasión; es decir, harán todo lo posible para evitar ir al dentista. La gente que sufre de fobia dental suelen ir al dentista tan solo cuando el extremo dolor les fuerza a ello.

Otros síntomas de fobia dental incluyen:
  • Dificultad para dormir la noche anterior al examen dental
  • Sentir nerviosismo que escala  mientras se está en la sala de espera de la oficina del dentista
  • Llegar a la oficina del dentista pero ser incapaz de entrar
  • Llorar o sentirse físicamente enfermo con el mero hecho de pensar en ir a visitar al dentista
  • Inquietud intensa con tan solo pensar en, o de hecho cuando te meten objetos en la boca durante tu cita en el dentista o sentir de repente como que es difícil respirar.

Afortunadamente, hay maneras de conseguir llevar al dentista a la gente con ansiedad dental o fobia dental.

¿Qué causa la fobia o ansiedad dental?

Hay muchas razones por las que algunas personas tienen fobia o ansiedad dental. Algunas de las razones más comunes incluyen:

Miedo al dolor – el miedo al dolor es una razón muy común para evitar el dentista. Este miedo normalmente viene de una experiencia anterior que fue desagradable o dolorosa o viene de historias dentales “de dolor y horror” que te hayan contado otras personas. Gracias a los muchos avances en la odontología a través de los años, la mayoría de los procedimientos dentales de hoy en día son considerablemente menos dolorosos e incluso no dolorosos en absoluto.

El miedo a las inyecciones o el miedo a que la inyección no funcione – mucha gente tiene terror a las agujas, especialmente cuando te la meten en la boca. Más allá de este miedo, otros temen que la anestesia no surta efecto o que la dosis no fuera lo suficientemente grande para quitar el dolor antes de que comience el procedimiento odontológico.

Miedo a los efectos secundarios de los anestésicos – algunas personas tienen miedo de los potenciales efectos secundarios de la anestesia, como los mareos, sensación de desmayo, o nausea. A otros no les gusta la sensación de adormecimiento o “labio gordo” asociada con los anestésicos locales.

Sensación de impotencia y pérdida de control – es común que la gente sienta estas emociones considerando la situación en la que se encuentran – sentados en la silla del dentista con la boca completamente abierta sin poder ver lo que está ocurriendo.

Vergüenza y pérdida del espacio personal – mucha gente se siente incómoda por la cercanía física del dentista o el higienista a su cara. Otras pueden sentirse acomplejadas sobre el aspecto de sus dientes o posibles olores de la boca.

¿Debo de hablarle a mi dentista sobre mi fobia dental?

¡Absolutamente! De hecho, si tu dentista no toma tu miedo en serio, debes de buscar otro dentista. La clave para sobrellevar la ansiedad dental es hablar de tus miedos con el dentista. Una vez que tu dentista sepa cuales son tus miedos, él o ella podrá trabajar contigo mejor y establecer las mejores formas de hacer que te sientas menos ansioso y más cómodo.

Si la falta de control es uno de tus principales estresantes, el hecho de poder participar en una conversación con tu dentista sobre tu tratamiento puede relajar la tensión. Pídele a tu dentista que te explique lo que está pasando en cada momento y fase del procedimiento. De esta manera puedes prepararte mentalmente para lo que viene lo siguiente. Otra estrategia que ayuda es establecer una señal – como levantar la mano – cuando quieras que tu dentista pare de inmediato. Usa esta señal siempre que estés incómodo, necesite enjuagarte la boca, o simplemente cuando necesites tomarte un respiro.

El gas de óxido nitroso o sedación intravenosa también se usan para ayudar a controlar la ansiedad. Muchos dentistas tienen licencias de anestesia por esta misma razón.

Referencias

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