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Artritis Reumatoide

Artritis Reumatoide

¿Qué es la artritis reumatoide?

La artritis es un término general que describe la inflamación de las articulaciones. La inflamación está caracterizada por rojez, calor, hinchazón y dolor de la articulación.

La artritis reumatoide es un tipo de artritis crónica (continua) que ocurre en las articulaciones en los dos lados del cuerpo (como las dos manos, muñecas y/o rodillas). Esta participación simétrica de varias articulaciones ayuda a distinguir la artritis reumatoide de otros tipos de artritis.

Además de afectar a las articulaciones, la artritis reumatoide puede afectar ocasionalmente a la piel, los ojos, los pulmones, el corazón, la sangre, los nervios o los riñones.

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune, lo que quiere decir que el sistema inmune del paciente (el sistema de luchar contra infecciones del cuerpo), reacciona contra si mismo. EL resultado puede generar algunos o todos los síntomas que se describen a continuación.

¿Cuáles son los síntomas de la artritis reumatoide?

  • Dolor de las articulaciones
  • Hinchazón de las articulaciones
  • Rigidez – especialmente a la mañana o después de sentarse durante largos periodos de tiempo
  • Fatiga – mejor definida como cansancio y soñolencia excesiva

¿Cómo afecta la artritis reumatoide a la gente?

La artritis reumatoide afecta a cada uno de forma diferente. En la mayoría de la gente, los síntomas de las articulaciones pueden desarrollarse de forma gradual a lo largo de varios años. En otra gente, la artritis reumatoide puede progresar rápidamente. Otra gente puede tener artritis reumatoide durante un periodo limitado de tiempo y luego entrar en remisión (una época sin síntomas).

¿A quién afecta la artritis reumatoide?

La artritis reumatoide afecta a más de 1.3 millones de personas en los Estados Unidos. Es 2.5 veces más común en mujeres que en hombres. Suele ocurrir a la gente entre 20 a 50 años de edad; aún así, los niños pequeños y la gente de edad avanzada también pueden desarrollar artritis reumatoide.

¿Qué causa artritis reumatoide?

Se desconoce la causa exacta de la artritis reumatoide. Aún así, se cree que la causa es una combinación de factores genéticos, inmunidad anormal, factores medioambientales y factores hormonales.

Normalmente, el sistema inmunológico protege el cuerpo de las infecciones. Con la artritis reumatoide, hay algo que provoca que el sistema inmunológico ataque a las articulaciones y a veces a los órganos. Se sospecha que algunos factores desencadenantes para la artritis reumatoide pueden ser las infecciones, fumar cigarrillos, y estrés tanto físico como emocional. Los factores de género, hereditario y genético también establecen el riesgo de una persona de desarrollar artritis reumatoide. Por ejemplo, las mujeres tiene cerca de tres veces más probabilidades de desarrollar artritis reumatoide.

¿Cuáles son los resultados de la inflamación de las articulaciones?

En última instancia, la inflamación sin control es lo que lleva a la deformidad de las articulaciones debido a la destrucción y el desgaste del cartílago que normalmente funciona como un “amortiguador de impactos” entre las articulaciones. Finalmente el hueso mismo se erosiona llevando potencialmente a la fusión de la articulación, lo que representa un esfuerzo del cuerpo en protegerse a sí mismo de la constante irritación debido a la inflamación excesiva. Este proceso lo arbitran células específicas y ciertas sustancias del sistema inmune que se producen de manera local en las articulaciones pero también circulan por el cuerpo causando síntomas sistémicos.

¿Cómo se diagnostica la artritis reumatoide?

El diagnóstico de la artritis reumatoide se basa en una serie de factores que incluyen:

  • Rigidez por la mañana que dura por lo menos una hora y que ha estado presente por lo menos durante seis semanas.
  • Hinchazón de tres o más articulaciones durante al menos seis semanas.
  • Hinchazón de las articulaciones en las muñecas, manos, o dedos de las manos durante al menos seis semanas.
  • Hinchazón en las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo.
  • Cambios en los rayos-x de las manos que son característicos de la artritis reumatoide.
  • La presencia de nódulos reumatoides en la piel.
  • Los resultados positivos de un análisis de sangre llamado factor reumatoide* y/o anticuerpos anti péptidos citrulinados.

*El factor reumatoide puede estar presente en gente que no sufre de artritis reumatoide. Otras enfermedades también pueden causar que el factor reumatoide se produzca en la sangre. Una prueba llamada el anticuerpo CCP a veces puede ayudar a determinar si está presente o no el anticuerpo factor reumatoide y si se debe a la artritis reumatoide o a alguna otra enfermedad. Por eso el diagnóstico de la artritis reumatoide se basa en la combinación de varios factores y NO solo en la presencia del factor reumatoide en la sangre.

También es importante notar que no todas estas características están presentes en la gente con comienzo de artritis reumatoide, y estos problemas pueden estar presentes en algunas personas con otras enfermedades reumáticas.

En algunos casos, puede que sea necesario vigilar la enfermedad al pasar el tiempo antes de que el diagnóstico de artritis reumatoide se pueda hacer de manera segura.

¿Cómo se trata la artritis reumatoide?

Los objetivos del tratamiento de la artritis reumatoide son los siguientes:

  • Controlar las señales y los síntomas del paciente
  • Prevenir el daño a las articulaciones
  • Mantener la calidad de vida y capacidad de funcionamiento del paciente

El daño a las articulaciones normalmente ocurre durante el primero par de años del diagnóstico así que es importante diagnosticar la enfermedad pronto y tratarla durante la llamada “ventana de oportunidad” para prevenir consecuencias a largo plazo.

Hay muchas maneras diferentes de tratar la artritis reumatoide. Los tratamientos incluyen medicamentos, descanso y ejercicio, terapia física/terapia ocupacional, y operaciones quirúrgicas para corregir el daño a la articulación.

El tipo de tratamiento que se recete dependerá de varios factores incluyendo la edad de la persona, su estado de salud en general, su historial médico y la severidad de la artritis.

Terapias no farmacológicas

Las terapias no farmacológicas incluyen tratamientos que no son medicamentos y que son la base del tratamiento para todas las personas que sufren de artritis reumatoide.

Descanso

Cuando las articulaciones están inflamadas, el riesgo de lesionar la articulación en sí y las estructuras del tejido blando adyacente (como los tendones y ligamentos) es alto. Esta es la razón por la que se debe de descansar las articulaciones inflamadas. Aun así, se debe de mantener la salud física tanto como sea posible. A la vez, es importante mantener un buen rango de movilidad en tus articulaciones y un buen estado físico en general para afrontar las características sistémicas de la enfermedad.

Ejercicio

El dolor y la rigidez a menudo hacen que la gente con artritis reumatoide dejen de hacer actividades. Sin embargo, la inactividad puede llevar a una pérdida de movilidad de las articulaciones, contracciones, y pérdida de la fuerza muscular. Esto, a su vez, disminuye la estabilidad de las articulaciones y aumentan la fatiga aún más.

Hacer ejercicio regularmente, especialmente de una manera controlada con la ayuda de un fisioterapeuta y terapeuta ocupacional, puede ayudar a prevenir y revertir estos efectos. Algunos tipos de ejercicios que han demostrado ser beneficiosos incluyen ejercicios de gama de movimientos para mantener y restaurar la movilidad de la articulación, ejercicios para aumentar la fuerza, y ejercicios para aumentar la resistencia (caminar, nadar, y andar el bicicleta).

Terapia física y ocupacional

La terapia física y ocupacional puede aliviar el dolor, reducir la inflamación, y ayudar a preservar la estructura y función de las articulaciones para los pacientes con artritis reumatoide.

Hay tipos específicos de terapia que se usan para abordar efectos específicos de la artritis reumatoide:

  • La aplicación de calor y frío puede aliviar el dolor o la rigidez.
  • El uso de ultrasonido puede ayudar a reducir la inflamación de la funda que rodea los tendones (tenosinovitis)
  • Ejercicios activos y pasivos para mejorar y mantener la gama de movilidad de las articulaciones
  • Descanso y poner una férula o tablilla para reducir el dolor de la articulación y mejorar la función de la articulación
  • Entablillar los dedos de las manos u otros mecanismos de ayuda para prevenir deformidades y mejorar la función de la mano
  • Técnicas de relajación para aliviar los espasmos de músculos secundarios

Los terapeutas ocupacionales también se centran en ayudar a la gente con artritis reumatoide a ser capaces de seguir pudiendo participar activamente en las actividades del trabajo y de recreo, con atención especial a mantener una buena función de las manos y los brazos.

Terapia de nutrición y dietética

La pérdida de peso puede recomendarse para aquellas personas obesas o con sobrepeso para reducir el estrés en las articulaciones inflamadas.

a gente con artritis reumatoide tiene mayor riesgo de desarrollar cardiopatías isquémicas. Uno de los factores de riesgo para las cardiopatías isquémicas que puede responder a cambios en la dieta es un alto nivel de colesterol en la sangre. Un nutricionista puede recomendar que comas o evites ciertos alimentos para conseguir un nivel de colesterol deseable.

Los cambio es la dieta se han investigado como posible tratamiento para la artritis reumatoide, pero no hay ninguna dieta que se haya demostrado que pueda curar la artritis reumatoide. No hay ningún suplemento herbáceo o nutricional, como cartílago o colágeno, que pueda curar la artritis reumatoide. Estos tratamientos pueden ser peligrosos y no se suelen recomendar.

Fumar y alcohol

El fumar es un factor de riesgo para la artritis reumatoide y se ha demostrado que parar de fumar puede mejorar la enfermedad. La gente que fuma necesita parar por completo. Si lo necesitas, se puede conseguir ayuda para dejar de fumar. Un consumo moderado de alcohol no es dañino para la artritis reumatoide, aunque puede aumentar el riesgo de daño al hígado que ya hacen ciertos fármacos como el metotrexato. Los pacientes deben de hablar con sus médicos acerca de la seguridad del alcohol, porque las recomendaciones dependen de los medicamentos que la persona esté tomando y de otras enfermedades médicas que tenga.

Medidas para reducir la pérdida de hueso

Las enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide pueden causar pérdida de hueso, lo que puede llevar a osteoporosis. El uso de prednisona aumenta más el riesgo de pérdida de hueso, especialmente en las mujeres posmenopáusicas. Es importante hacer una evaluación del riesgo y abordar los factores de riesgo que se pueden cambiar para prevenir la pérdida de hueso.

Los pacientes pueden hacer lo siguiente para ayudar a minimizar la pérdida de hueso asociada con la terapia esteroidea:

  • Usar la dosis más pequeña posible de glucocorticoides durante el menor tiempo posible, para minimizar la pérdida de hueso cuando sea posible.
  • Consumir una cantidad adecuada de calcio y vitamina D, bien en tu dieta o tomando suplementos.
  • Usar medicamentos que puedan reducir la pérdida de huesos, incluyendo la pérdida causada por los glucocorticoides.
  • Controlar la enfermedad en sí misma con los medicamentos apropiados que te ha recetado tu médico.

Medicamentos

Hay muchos medicamentos disponibles para disminuir el dolor de las articulaciones, el hinchazón y la inflamación, y con suerte poder prevenir o minimizar la progresión de la enfermedad. El tipo de medicamento que te recomiende tu médico dependerá en cómo de severa sea tu artritis y cómo de bien respondes a estos medicamentos:

Estos medicamentos incluyen:

  • Medicamentos anti-inflamatorios sin esteroides (en inglés las siglas son NSAID – como la aspirina, ibuprofeno o naproxeno)
  • Cortico-esteroides (formas orales e inyectables)
  • Inhibidores COX-2 (celecoxib)
  • Medicamentos antirreumáticos que modifican las enfermedades (DMARD* por sus siglas en inglés) como la hydroxicloroquina, metotrexato, sulfasalacina, y leflunomida

    Una mejora de los síntomas puede necesitar de cuatro a seis semanas de tratamiento con metotrexato. El mejorar puede necesitar uno o dos meses de tratamiento con sulafasalcina y dos a tres meses de tratamiento con hidroxicoloroquina.

  • Agentes biológicos (como infliximab, etanercept, adalimumab, tocilizumab, anakinra, rituxamab, abatacept, certolizumab y golimumab, tofacitinib)

    Los agentes biológicos tienden a funcionar rápido, de dos semanas para algunos medicamentos y cuatro a seis para otros. Los viológicos se pueden usar solos o en combinación con otros DMARD. Normalmente se reservan para pacientes que no responden adecuadamente a los DMARD, o si hay factores adversos presentes en el pronóstico.

DMARDs y los agentes biológicos interfieren con la capacidad del sistema inmune de luchar contra las infecciones y no se deben de usar en gente con infecciones serias.

Se necesita hacer la prueba de la tuberculosis (TB) antes de comenzar con la terapia anti-TNF. La gente que tenga evidencia de haber tenido una infección por TB anteriormente debe de seguir tratamiento para TB porque hay un aumento del riesgo de desarrollar TB activa mientras se recibe la terapia anti-TNF.

Los agentes anti-TNF como el infliximab, etanercept, adalimumab, certolizumab y golimumab no se recomiendan para la gente que tiene linfoma o que ha recibido tratamiento para linfoma en el pasado. La gente con artritis reumatoide - especialmente aquellos que tengan una forma severa de la enfermedad - tiene un aumento de riesgo de contraer linfoma independientemente de qué tratamiento usen. Los agentes anti-TNF se han asociado con un aumento del riesgo de linfoma en algunos estudios pero no en otros. Se necesita más investigación para definir los riesgos.

Algunos de estos medicamentos se usan tradicionalmente para tratar otras condiciones como el cáncer, la enfermedad inflamatoria del intestino y la malaria. Cuando estos medicamentos se usan para tratar la artritis reumatoide, las dosis suelen ser considerablemente más bajas y el riesgo de los efectos secundarios tiende a ser considerablemente menor que las cuando estos medicamentos se usan para tratar cáncer u otras enfermedades.

Sin embargo, el riesgo de efectos secundarios debido al tratamiento debe de sopesarse contra los beneficios en cada caso de manera individual.

Cuando se te recete cualquier medicamento, es importante ir a ver a tu médico regularmente para que él o ella puedan detectar cualquier desarrollo de efectos secundarios.

Cirugía

Cuando el daño en el hueso producido por la artritis se vuelve demasiado severo o el dolor no está siendo controlado por la medicación, una operación quirúrgica es una opción para restaurar la función de la articulación dañada.

¿Hay esperanza para la gente con artritis reumatoide?

Sí. Aunque todavía no existe una cura para la artritis reumatoide, hay muchos métodos diferentes para disminuir el dolor y la inflamación, y para frenar el progreso de la enfermedad. Es de gran importancia tener un diagnóstico precoz y un tratamiento efectivo.

Actualmente hay mucha investigación en progreso para determinar las causas de la artritis reumatoide y el mejor tratamiento.

Referencias:

Esta información proviene de la Cleveland Clinic y no es su intención reemplazar el consejo de su médico o proveedor de servicios de salud. Por favor consulte a su proveedor de salud par información acerca de una condición médica específica. ©The Cleveland Clinic 1995-2024

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